En mitad del camino de vida, con la familia consolidada, la carrera académica concluída, la trayectoria laboral trazada, aparecen distintos tipos de crisis vitales que afectan en mayor o menor medida a personas de la mediana edad.
Con los padres ya mayores de edad, y la incertidumbre acerca de su futuro en un momento vital en el que se produce ese pasaje de la adultez a la ancianidad, puede suceder que alguna circunstancia particular nos ponga de cara, frente a la nueva realidad. Las creencias idiosincráticas que siempre nos habían resultado funcionales son cuestionadas y se produce un replanteo interior..
Las crisis vitales emergen en la vida de una persona cuando se ve obligada a enfrentar un suceso que es significado como una amenaza, ya sea para su calidad de vida o su la integridad física, o también al generarse cambios de gran importancia en nuestro ecosistema biopsicosocial, surgiendo en estos momentos una sensación de que los recursos subjetivos con los que contamos resultan insuficientes para afrontar las nuevas situaciones que se presentan.
Con los hijos generalmente en su propio e intimo momento de cambio, en su pasaje de la adolescencia a la adultez también se produce una doble crisis, ya que ellos también atraviesan una crisis vital que les genera incertidumbre.
Todos los seres humanos atraviesan acontecimientos psicosociales críticos que mueven necesariamente a realizar cambios de hábitos que permitan lograr adaptarse emocionalmente a lo que los nuevos hechos demandan.
A mayor flexibilidad cognitiva de las personas, (capacidad de adaptación en su capacidad de pensar y por lo tanto de sentir y actuar) mayor será la capacidad para adaptarse de modo gradual a la nueva situación.
La crisis vital no es un trastorno mental, pero es un factor influyente en la calidad de vida de quien lo experimenta.
Todas las personas se encuentran expuestas a sufrir un período de crisis vital en cualquier momento de la vida y es esperable atravesarlo con un intenso malestar emocional, con cambios en las creencias, valores y patrones comportamentales. El sufrimiento es un aspecto inevitable de la vida, del cual ninguna persona puede escapar. No es positivo ni negativo, es desagradable de experimentar pero permite reflexionar, evaluar alternativas y cambios de comportamiento, también mueve a reformular las creencias y valores subjetivos y con ello los objetivos de vida.
Existen además de los pasajes dentro de un ciclo vital de una etapa de la vida a otra nueva, otros factores que desencadenan crisis vitales como por ejemplo, la pérdida de un ser querido, un despido, el nacimiento de un hijo, una mudanza, enfermedad crónica propia o de un allegado, crisis y separaciones de la pareja, la independencia de los hijos, la adaptación a la convivencia en pareja, las tomas de decisiones sobre una carrera u oficio Cambios de ámbito laboral o puesto de trabajo, mudanzas, emigraciones.
Las personas pueden verse motivadas a solicitar ayuda psicoterapéutica ante diversas situaciones vitales dolorosas. El tratamiento terapéutico en crisis vitales conlleva como primera funcionalidad la de ser preventivo de futuros desordenes mentales. Dentro del manual Psicodiagnóstico DSM 4 a las crisis vitales se las califica como trastornos adaptativos, Los mismos pueden ser identificados cuando aparecen signos de algún estresor psicosocial , que activa una reacción en el individuo que afecta significativamente diversas áreas de su funcionamiento vital, afectándolo negativamente.
La psicoterapia cognitiva, que es el marco teórico desde el cual yo ofrezco asistencia, generalmente se realiza un tratamiento que es de corta duración, en el cual de manera cooperativa se abordan los objetivos que son acordados entre terapeuta y consultante, de forma tal de lograr alterar los significados que producen malestar, y reestructurarlos de manera de convertir los pensamientos disfuncionales en funcionales. Aceptar el problema, enfrentarlo y actuar con él es la mejor vía para la reestructuración de los pensamientos y de esta manera lograr una mayor sensación de bienestar que permita disfrutar del proceso de cambio y salir del mismo fortalecido y enriquecido.
Betina Ianovski. Licenciada en psicología.
contacto a baianovski@hotmail.com
o al teléfono 1551102327

Las personas más capaces laboralmente, pueden organizar a un batallón y comandarlo eficientemente, pero algunos poseen dificultades para poner un límite al trabajo, y organizar sus propia hoja de ruta en la vida. Para comunicarte conmigo puedes llamarme al: 011-15-5110-2327 o escribirme a: baianovski@hotmail.com
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