lunes, 8 de octubre de 2012

Madre a los 40. El manejo de la profesión cuando se asume un nuevo rol en la vida


Pensar en el camino profesional en momentos de cambio personales puede provocar culpas a muchas mujeres. .El tiempo parece ser otro, las horas del reloj corren aceleradas en el punto de trabajo, y muy lentas en el hogar.Allí se ponen en juego dos caras de la misma moneda¿madre y profesional? o ¿profesional y madre?.Conversar sobre  temas de género parece algo ridículo en estos tiempos donde todo parece ser posible.

Los años de esfuerzo parecen quedarse achatados en una hoja de curriculum en el cual parecen no tener cabida las nuevas oportunidades.
La paradoja acerca de las prioridades fastidia y se pierde el placer del disfrute en los distintos ámbitos. Cuando están en la oficina se quieren volver a su casa, y cuando están en sus casas se sienten atrapadas por una rutina a la que no están acostumbradas y de la cual necesitan escapar.

Las reglas y las normas sociales entran en contraposición.Aparecen los comedidos como dos bandos de consejeros: el de  los detractores del trabajo que censuran y califican de abandónica a la madre trabajadora, y los más modernos que invitan a la omnipotencia de abarcarlo todo y bien,  para justificar  la hiperocupación en pos del progreso económico.¿ "Nada debe perderse, total todo se transforma"?

La exigencia se hace enorme y se complica cuando la carga horaria laboral es amplia. Conciliar las tareas de madre, esposa y trabajadora es un asunto complejo que se agudiza cuando la mujer emprende nuevos proyectos durante esta etapa.El temor a la pérdida de efectividad se hace carne en el cuerpo agobiado de quien asume ambos roles de manera desmedida.
La palabra postergación suena eterna y duele a la mujer emprendedora que busca el espacio optimo entre el trabajo y la maternidad.

El nacimiento del bebé produce alteraciones en los procesamientos mentales. Los mismos se ven lógicamente teñidos por sentimientos ambivalentes hacia el nuevo ser. Por este motivo una mujer cuya vida giraba en torno al trabajo puede sufrir una metamorfosis y sentir una sensación de pérdida enorme cada vez que se tiene que ir a trabajar. Otras mujeres pueden experimentar sensaciones displacenteras en relación a las demandas del bebé y sentir por ende la fuerte necesidad de salir de la casa para reencontrarse con una rutina que hasta el momento era la que le proveía identidad.


La etapa del puerperio es un momento de crisis para las mujeres. Existen cambios reales que alteran el cuerpo y la mente.
Tomar decisiones arrebatadas durante este período pueden conducir a evaluaciones erróneas con resultados desadaptativos. Cambiar de trabajo durante las etapas de transición y cambio pueden ser contraproducentes. No es recomendable renunciar al puesto laboral en esta situación.
Una vez que se dejó un trabajo es difícil volver al circuito laboral con las mismas condiciones en las que la profesional se encontraba. Se recomienda trabajar de manera planificada los períodos de transición y cambios como una ocasión para convertir una etapa crítica en nuevas oportunidades.

Para que esto suceda es necesario trabajar sobre los impulsos que pueden convertirse en malos consejeros.
La psicoterapia cognitiva favorece el trabajo sobre los aspectos personales constitutivos que proveen identidad y favorecen el despliegue de significados diferentes frente a situaciones de crisis.

El conocimiento personal brinda la oportunidad de auto gobernarse y de permitirse disfrutar los procesos de cambio, minimizando la desesperanza y favoreciendo los pensamientos positivos.

Betina Ianovski
Psicoterapia cognitiva
baianovski@hotmail.com



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