martes, 8 de marzo de 2011

Balance profesional. Acerca de mi propia agenda


Hojas viejas, hojas nuevas.
Mientras pienso en mi agenda profesional, en mis tareas cotidianas, recorro las hojas ya utilizadas, algunas repletas con anotaciones, asteriscos, renglones resaltados y algunas otras gastadas de tanto recorrido. En contraste las hojas a escribir,nuevos rumbos para transitar el futuro y los días por venir.
Es allí donde me detengo a pensar, acerca de los pacientes, los postulantes, los compromisos familiares, mis hijos, los controles médicos propios y los de mis seres queridos,  y mis últimos trabajos que esperan el broche final para ser presentados.
Y paro, y respiro, pienso… y siento una mezcla de emociones. Por momentos algo agobiada, por mis múltiples ocupaciones pierdo de vista  que esas tareas que en ocasiones me cansan, en la mayoría de las oportunidades son  las que me hacen sentir  feliz. Al pensar en este mapa de ruta  que he logrado construir es imposible no detenerme a reflexionar sobre las hojas escritas y las pendientes por escribir.
Pero aún así, necesito construir algo más. Miro mi agenda a futuro y pensando en forma dinámica,  analizo como optimizar mis horas. Pero también dibujo un espacio con un margen libre para poder disfrutar mis momentos a pleno. (Si las hojas están totalmente llenas, no podría disfrutar de mi familia, que es mi remanso, mi felicidad y mi orgullo.)
Atravesada por mis múltiples roles, de madre,  esposa,  hija,  amiga, hermana, tía. sobrina, prima, compañera, y entrecruzada con mi rol profesional en mis distintas áreas de incumbencia, laboral, clínica y jurídica, me encuentro por momentos en la encrucijada de no poder decir que "no" a las nuevas obligaciones.
Dejar de asumir nuevos compromisos,  no es nada fácil para mí. 
Me conozco y reconozco como una idishe mame, que hace knishes y vareniques en las fiestas de cumpleaños. Siiii  esa misma que suele sobre proteger a quienes ama, mientras  se desprotege exponiéndose al cansancio y a veces se obstaculiza a la hora de decir “no” a los seres queridos, y a los compromisos laborales.
¿La bisagra entre lo viejo y lo nuevo es hoy?
Continuará

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